miércoles, 16 de septiembre de 2009

Los hombres que no amaban a las mujeres

Carta a Marcelo, del blog Machos.

Ante todo, agradecerte que me hayas propuesto formar parte de tu blog Machos; propuesta, que por otra parte, no entiendo. Creo que no me has leído bien o no me has leído todo o no me has entendido.
Yo no soy feminista, pero tampoco machista, y eso, como digo en mi blog, no tiene nada que ver con que me haya beneficiado a cientos de mujeres... o miles (ya que estamos no vamos a quedarnos cortos).
Mi dos abuelos eran machistas, mi padre era machista, y mi hermana creo que es feminista, que es como ser machista pero al revés. También muchos de mis amigos son machistas, pero yo no lo soy. ¿Por qué? Porque creo, en general, que la mujer es superior al hombre en todos los sentidos, excepto en la fuerza física, y no siempre.
Precisamente yo puedo hacer estas afirmaciones porque he sido un triunfador con las mujeres y creo que las conozco. Si te digo que en mis años de existencia he tenido tres o cuatro problemas sin importancia con ellas, te digo mucho.
A la mujer, querido Marcelo (por cierto, tenía un amigo que se llamaba Marcello y era argentino, que las ligaba a docenas, y no era nada machista), hay que saberla conquistar. Casi todas son accesibles, simplemente hay que saber como entrarles. La psicología, la originalidad y el momento de entrarles, son claves para triunfar. Están cansadas de gilipollas sobones que repiten las frases que han oído o leído. Ellas esperan mucho del hombre, y casi siempre se quedan decepcionadas. Porque el problema no es follar, el problema es de qué coño se habla después, a parte de fumarse el cigarrillo. Esa es la clave de una relación.
Sí que hay que reconocer que los jueces tienden a dar la razón a la mujer y arruinar al hombre, pero eso no es un problema de ellas. Quizá sea que nosotros no tenemos un abogado lo suficientemente inteligente e hijo de puta, que son los efectivos, para que nos defienda.
No se puede individualizar en cuestiones de pareja porque no sale bien. Cada uno es un mundo. Desgraciadamente nunca he visto a nadie que le vaya mal con las mujeres que hable bien de ellas. Te contaré una historia corta.

Yo me enamoré (no sé exactamente el significado de enamorarse) de una morena que se hizo famosa muchos años después por ser la novia de un torero. Era una mujer que rompía, andaluza por los cuatro costados. En esa época ella era relaciones públicas de un local de moda en Palma, y tío que la conocía, tío que le tiraba los tejos. Pero la niña resultó ser todo lo contrario de lo que aparentaba: o sea, más estrecha que un chotis, como decía mi padre. No había forma de llevársela a la cama, por lo que los tíos rechazados empezaron a decir que era lesbiana.
Entonces llegué yo, duro, atractivo, y sobrado con las mujeres (no confundir con prepotente ni estúpido, todo lo contrario) y le dije lo preciosa que era, y que toda mi vida había soñado con una mujer como ella (esto hay que saberlo decir), y punto. La preciosidad, que de día trabajaba de modelo, se pensó que yo era uno más del montón. Pero se equivocó. Yo ya había decidido ligármela.
A partir de esa noche mi relación con ella fue divertida, relajada, sin rollos de sexo y de que mona eres. Así fui llevándola a mi terreno. Le permití que viera lo profundo, divertido e inteligente que era yo. Y al final, después de dos semanas y pico (yo salía cada noche) me la follé en mi Mini GT de color blanco con salpicadero de madera que mi madre me había regalado. Luego nos vimos un par de veces más y ahí se quedó la cosa. Aún hoy somos amigos. Es una mujer estupenda que está casada con un rumano y tienen un hijo.
He contado esta historia porque todos mis amigos y conocidos me decían que a la niña le iban los chochitos (perdón por la vulgaridad, pero es lo que decían). Tengo que decir que nadie nos vio juntos y, por supuesto, yo no se lo conté a nadie, excepto a mis dos mejores amigos que ni la conocían.
Así son de mierdas los tíos que no tienen suerte con las mujeres. O sea, mi querido Marcelo, creo que deberías leerte de nuevo mi blog, y, si te parece, hablamos de nuevo.

Posdata: Nunca me arrepentiré de haber conocido a mi mujer. Es una de las dos cosas mejores que me han pasado en la vida, aunque ahora esté en plan insoportable.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Entro de nuevo en tu blog y veo que me tengom uchas entras por leer, sin contar las antiguas que no estaría de más echarle un vistazo.
No sé de que va el blog de Marcelo, sólo decirte que me ha parecido exquisito lo que has escrito.
En cuanto a la película, no suelo ver películas de libros que me han gustado.

Paris Quelart Budó dijo...

En el caso de Larsson puedes ver la película porque resulta muy entretenida.
El guionista lo único que ha hecho ha sido quitar personajes y situaciones, pero no ha tergiversado la historia, como suelen hacer los guionistas españoles cuando un libro les cae en las manos.

Nikita dijo...

Como táctica la tuya no está nada mal... experiencia tienes con las mujeres.
Eso de "que guapa eres, vamos a la cama" puff se puede mejorar.
En cuanto a la peli sobre el libro de Larsson, estoy totalmente de acuerdo contigo.
Beso

Paris Quelart Budó dijo...

Podría escribir un libro de cómo ligar a mujeres de todo tipo, y sería un éxito. Bueno, quizá no, últimamente tengo muy mala suerte.

Minerva dijo...

Uy, pues a mi me ha entrado curiosidad... aquí te espero,
para que estimules primero mi
principal zona erógena, mucho
más al norte que la masculina,
y para que me conquistes como
sólo tu sabes.
Sabes donde encontrarme,
y no te dejes engañar por
mi apariencia dulce y
romántica...