martes, 15 de septiembre de 2009

Lola, la película

Ya nos parecemos a los americanos, que cuando hacen una película sobre un asesino en serie, resulta que les sale la biografía de un santo. En estos momentos estoy viendo de reojo la película sobre la vida de Lola Flores, y resulta que era una santa. Vamos, una mosquita muerta.
Yo he estado con Lola Flores en tres ocasiones, y las tres han sido fiestas privadas, de treinta o cuarenta personas. Y puedo aseguraros que la Flores era todo menos una mosquita muerta. Más bien era un terremoto en todos los sentidos de la palabra. Tenía tanto arte y personalidad que le gustaba tirarse a todo el arte con personalidad. Sin ir más lejos, me tiró los tejos a mí. Eso sí, no estaba el Pescadilla.
Y como aquí puedo ser sincero, os diré que no me la tiré porque iba con una madrileña, futura actriz (luego se hizo famosilla), que quitaba el hipo. Reconozco que si hubiera estado solo, no hubiera dudado en un rollo con la Lola. Porque como dice el raro raro de Enrique Iglesias, hubiera sido, como mínimo, una experiencia religiosa. Seguramente hubiera escrito una novela sobre el polvo.
No quiero que nadie piense que escribo esto porque quiero dejar mal a Lola Flores. Nada más lejos de la realidad. La Flores era una artista de arriba abajo. Y como persona era increíble y generosa, y todas las personas que son generosas, son buena gente. Lo que pasa es que era puro arte, y no podía dar su talento a una sola persona. Toda la vida me arrepentiré de haber ido con la madrileña. Estoy seguro que hubiera tocado las estrellas con la Flores.

Y por escribir un poco más, contaré que hoy ha llovido todo el día (me encanta que llueva) y me he estropeado unos mocasines. Durante todo el verano he utilizado dos pares de zapatos; los únicos que tengo: unas náuticas y los mocasines que me compré en Madrid por 18 euros en la calle Fuencarral.
Por cierto, en el periódico me han quitado mi sección dominical y han puesto en mi lugar a un gilipollas amigo de la casa. También me han quitado los reportajes del verano. Ahora sólo me queda una sección que hay diaria para que todos los que escribimos en el periódico podamos hacerla. Por la sección pagan 30 miserables euros, el problema es que somos muchos y los artículos salen de uvas a peras.
El lunes presenté al director un proyecto que me tiraró abajo, y hoy he presentado otro que mañana me dirá cosas. En definitiva: una mierda. Ahora ya no voy a tener dinero ni para gastos. Y para colmo, la retrasada mental de mi hermana, el lunes se peleó con mi madre porque me da dinero y de comer. Hace dos días que no baja a su casa, la muy cabrona.
Mi hermana se parece mucho a mi padre, que sólo pensaba en él. Los demás no le preocupaban en absoluto, por eso murió a los 86 años después de vivir de puta madre toda su vida. Ni a mi hermana ni a mí nos dejó un duro (euro), lo gastó todo en vida, y puedo aseguraros que ganó bastante dinero sin apenas trabajar. Siempre fue empresario.
Recuerdo el día que me hicieron la circuncisión. Debía de tener dieciséis años. Me acompañó a la clínica y me dijo que iba a tomar un café. Cuando volvió de tomarse el café ya estaba yo esperándole para irnos a casa. Nunca lo olvidaré. Lo pasé fatal porque soy un cagueta.
Sus hijos le daban completamente igual… o casi igual. También hay que decir que nunca nos falto comida, ropa, buen colegio, y muy (¡muy!) poco dinero. Menos mal que nuestra madre siempre estuvo ahí, con pisos y negocio propio que daba buenos dividendos, que si no...
Mi hermana es clavada a mi padre. Sólo hay una ley: la suya. Ahora sabe que mi madre no tiene dinero para terminar el mes y no aparece. Espero, por su bien, que baje a casa de mi madre y haga las paces con la mujer, que ya tiene 84 años. Porque de lo contrario, cuando me la cruce en la escalera le voy a decir que es una mierda como persona.

Hablando de otra cosa. Mi hijo hace cuatro días que duerme con la borracha bipolar hijaputa de su ex novia. Me llama cada día para preguntarme como estoy. Yo, fríamente, le digo que bien y me despido. Hoy me ha dicho que le han ofrecido una gran exposición y que mañana posiblemente venda un cuadro y me podrá dar algo de dinero. Le he dicho que no quería dinero que indirectamente viniera de la borracha de su ex novia. Digo esto porque la compradora es una coleccionista de arte millonaria amiga de su ex.
Espero que esté un mes lloviendo.

6 comentarios:

Espérame en Siberia dijo...

Yo también me habría arrepentido de llevar a la madrileña, caray.

Alba Steiner dijo...

La lluvia limpia y purifica. Viene bien después de tanto sol, de tanta sequia. Sí, yo también espero que esté un mes lloviendo.

carlota dijo...

Te leo , y me has dejado asombrada , ¿por qué no le dijiste a la madrileña "ahora vengo , espérame"? ...

Paris Quelart Budó dijo...

Porque pensé que lo de Lola podaía surgir de nuevo.
Pero me equivoqué, y no la vi nunca más. En cambio la madrileña la dejé por coñazo; sólo hablaba de que quería ser famosa. La verdad es que estuve cuatro o cinco veces con ella. Casi un año después se hizo famosilla con dos o tres películas en donde la doblaban, y se esfumó.
Alguien me dijo que se había casado con un millonario mejicano y que se había ido a vivir por allí.

Anónimo dijo...

Odio la lluvia y a los egoistas.

Paris Quelart Budó dijo...

La lluvia y los días nublados me me encantan. Y odio a la gente egoista como mi hermana o como lo fue mi padre.