lunes, 28 de diciembre de 2009

Fama

23 de diciembre.

Mi hijo se ha presentado a las siete (yo estaba leyendo porque cada vez me cuesta más trabajo dormir) de la mañana porque se ha peleado con su novia. La quiero mucho pero no la soporto, me ha dicho con resacón antes de meterse en la cama. Se ha levantado a las tres y media y se ha ido. Ya te llamo, me ha dicho. Poco después me ha llamado mi mujer recriminándome que no la llamo. Yo le he dicho que para qué, si ella va a su rollo y pasa de mí. Me lo ha negado, como siempre. ¿Qué hacemos en Nochebuena?, me ha preguntado. Lo que tú quieras, le he dicho.

Nunca en mi vida he visto un adorno de Navidad en casa de mis padres o de mi hermana. Tampoco los he visto comportarse de una menara especial. Quizá mi padre, cuando vivía, era el único que hablaba de la cena de Nochebuena, de pasada, sin darle demasiada importancia.
Diré más, mi madre siempre ha comprado (lo justo) a regañadientes el turrón, los polvorones y el cava. Cuando vivía mi padre sólo compraba una tableta de turrón de almendra, que es el que le gustaba a él, una botella de cava para la Nochebuena, nada más. Ahora, eso sí, se gastaba una pasta gansa en lotería de Navidad. Y eso que en mi casa nunca faltó dinero.

Mi madre dice que no le gustan estas fiestas porque se le murió un hermano el día de Navidad, pero yo no lo creo. Su hermano se murió hace más de cincuenta años, que son muchos años. A mi hermana tampoco le gustan, pero lo de ella debe de ser porque ha nacido amargada.
Hasta que se murió mi suegra, cada Nochebuena mi mujer y yo organizábamos una estupenda cena y los invitábamos a los cinco: mis padres, mi hermana y mis suegros. Mis padres siempre subían a la fuerza, mi hermana, como era gratis se apuntaba. Mis suegros venían encantados. Y lo cierto es que cada Nochebuena acabábamos discutiendo. Mis padres y mis suegros no se tragaban, mi hermana nos odiaba y nos odia a todos, y mi mujer y yo tenemos mucho carácter. Ni os cuento lo que eran aquellas cenas. Pero eran cenas navideñas, al menos.
El día de Navidad mi suegra organizaba una estupenda comida en su casa y nos invitaba a los tres: mi mujer, mi hijo y yo. Los primeros años invitaban a mis padres, pero éstos siempre tenían problemas y dejaron de hacerlo. La comida en casa de mi suegra era auténticamente navideña. No faltaba de nada.

Los de los Reyes Magos es muy divertido. Mi madre, días antes, empieza a pedir que nadie le regale nada porque ella no quiere hacer regalos. Recuerdo muy pocos regalos hechos por mi madre. Y no hablemos de mi padre (cuando vivía) y mi hermana, que son más agarrados que un chotis.
Yo nunca he visto ese espíritu navideño que dicen que existe en mi casa, en cambio a mí me encantan estas fiestas (estas de ahora no porque no tengo un puto duro). Los árboles adornados con sus bolas, los Reyes Magos y el Papa Nöel, las calles con sus luces, los anuncios de Navidad (no los de perfumes), los muñecos de nieve (esto último en las películas porque aquí siempre hace calor), la gente abrigada, etcétera.
Hasta los 10 años yo monté el belén sobre la cómoda del cuarto de mis padres. Me hacía tanta ilusión montarlo que lo hacía la primera semana de noviembre. El musgo verde, que lo controlaba durante el año en la estación de tren, lo cogía allí mismo. Verde y frondoso, era precioso. Luego estaban los trozos de corcho con las que construía un pesebre. Y lo más importante: los pastorcitos.
En todas las casas que he vivido, cuando han llegado estas fechas, he puesto mis adornos de Navidad. El belén, desde que tenía 10 años, nunca más lo he montado por un problema de espacio.

Nochebuena.

Mi mujer me ha llamado a las once para decirme que a las tres acaba el trabajo y viene a buscarme para ir a comprar la cena de Nochebuena. Por otra parte, mi madre está que trina porque ha tenido que dar la paga doble de Navidad para pagar la fachada porque el hijo de puta del pintor no la pinta hasta que todo el dinero esté ingresado en su cuenta. Aún con todo y eso me ha soltado cincuenta euros a escondidas de mi hermana para comprar la cena.
Me he tirado la mañana leyendo y escribiendo mi novela, al mediodía se ha presentado mi hijo y nos hemos ido al Burger King. Me ha dicho que venía a la cena y que dejaba a su novia de nuevo. Yo no le he hecho ni puto caso.
A las dos y media me he tumbado en el sofá y me he quedado dormido hasta las cinco que mi mujer me ha llamado por el interfono.
Hemos ido a Mercadona a comprar gambas congeladas, copiñas y tres botellas de cava de la marca Jaume Serra. Lo ha pagado ella. Luego hemos ido al Corte Inglés y yo he comprado varios quesos, embutido navideño y patè.
Nos hemos reunido los cuatro a cenar con el propósito de no pelearnos. Y así ha sido. Luego han venido a buscar a mi hijo y mi mujer ha aprovechado para irse a su casa. Yo he subido a mi casa y me he quedado dormido delante de la televisión.

Navidad.

Mi hijo no ha venido a dormir. Yo he llevado a México al terrado a las nueve y cuarto en punto, que es cuando él me despierta, y me he vuelto a meter en la cama hasta la una que me ha llamado por el interfono mi mujer. Hemos ido a casa de mi madre y hemos hecho una paella con las gambas y las copiñas que sobraron anoche. Nos hemos peleado por la sal, porque mi madre ha dicho que la cena estaba demasiado salada. Mi mujer, que ya es una histérica de por sí, ha empezado a joder. Al final he podido calmar el asunto y hemos comido en buena armonía.
Después hemos subido a mi casa y mi mujer se ha quedado durmiendo toda la tarde en el sofá y yo me he ido a leer al cuarto. A las seis se ha despertado y se ha ido a su casa proponiéndome ir a cenar a casa de su amiga EG. Le he dicho que sí y hemos quedado a las ocho y media.
En la cena nos hemos vuelto a pelear mi mujer y yo. El motivo ha sido que mi mujer ha salido en defensa de un hijo de puta que escribió un libro y dijo mentiras sobre mí. Nuestra amiga y ni se ha inmutado porque está acostumbrada a nuestras peleas.
De mi hijo ni rastro. No se ha dignado ni siquiera a llamarnos y desearnos una feliz Navidad. Ya no espero nada de él, esa es la puta realidad.

26 de diciembre

A las nueve y cuarto me ha despertado México y le he subido al terrado, luego me he vestido y he bajado a desayunar con mi madre, que para variar le duele todo el cuerpo. Hoy el brazo derecho y una ingle le duelen más de lo normal. A continuación he sacado al puto perro a pasear por el parque. Estaba completamente mojado por la lluvia que ha caído toda la noche. Recién llegado a mi casa me he metido otra vez en la cama. Me ha despertado mi mujercita a las once para decirme que se iba a comer con unas amigas. Me he vuelto a dormir y me ha despertado una amiga para invitarme a comer, le he dicho que tenía un resacón de miedo debido a la juerga que me había pegado ayer. A las dos me ha despertado mi hijo para preguntarme si lo invitaba a comer. Lo he mandado directamente a la mierda y él me ha dicho que está con la tía con la que está porque no me soporta. Me he metido en la ducha y a las dos y media estaba en la cocina de la casa de mi madre reprimiendo las lágrimas y comiendo los quesos que sobraron en Nochebuena. Mi madre y mi hermana comían al mismo tiempo en el comedor dos trozos de lechal de cabrito con cava. Mi hermana no me ha dicho nada, pero mi madre me ha dicho si gustaba. A las tres estaba de nuevo en mi casa tumbado en el sofá muerto de asco. He entrado en Internet y he visto en la cartelera que han estrenado Fama en el Metropolitan.
Vaya mierda de película que me he tragado. Fama es como una especie de vídeo-clip sin profundizar en nada a los personajes, que eso sí, les sobra talento. Fama de Alan Parker es muy superior. Después del cine me he metido en la cama a leer hasta aproximadamente las dos.

27 de diciembre.

Mientras que veo de reojo Piratas del Caribe 2, termino de escribir esta mierda. Me he pasado la mañana en la cama. Al mediodía he ido a comer con mi mujer el típico caldo de Navidad los dos solos. De nuestro hijo no tenemos noticias desde Nochebuena. Y por increíble que parezca, no hemos discutido. He visto las noticias en su casa y luego me ido a mi casa a tumbarme en el sofá a leer. De hacer el amor nada (follar), ni lo he intentado. Luego me he metido a corregir mi novela, la que me va a sacar de la miseria, y he llorado. He sacado a México a pasear, luego he cenado con mi madre y he visto las noticias. Ahora estoy escribiendo estás últimas líneas mientras disfruto de la belleza de Keira Knightley, que está para comérsela toda, de arriba abajo. La lástima es que si la tuviera delante seguramente no podría estar a la altura por mi problema de erección. Ya ni me masturbo. ¡Quién me ve y quién me ha visto! Espero que si algún día salgo de la depresión mi pito funcione como antes.
Bueno, si habéis leído esto comprobaréis que la primera tanda de fiestas ha sido bastante triste y aburrida. Pero mi madre dice que mientras tengamos salud, saldremos como sea. Felices fiestas a los que leen este blog, a los demás que les den.

8 comentarios:

El Angel de cari dijo...

A pesar de todo te deseo un feliz 2010.
Se lo duro que es sobrevivir padeciendo un problema, los porque hace 33 años que junto a mi hija luchamos por una calidad de vida mejor y eso estamo logrando.
A pesar de todo ella dice que es muy feliz.
Besos y abrazos

Paris Quelart Budó dijo...

Feliz Año Nuevo para vosotros, Cari y Yoly, y los vuestros.

Unknown dijo...

felices fiestas para ti también, y espero leerte mucho más en el 2010

laura dijo...

no quisiera ser yo el mamón elucubrador... s sólo que pienso que merece la pena leer tu autoterapia...
gracias por tu visita a mi blog. me encanta saber sobre la cadena de casualidades que lleva a alguien hasta mi casa blogsférica. si te apetece me cuentas.
que vaya bien el año y todo lo demás.
un abrazo.

C. B. dijo...

No sé qué decirte para animarte, así que mejor me callo. Bueno, espero que no te ofendas si te deseo un feliz año (con la que está cayendo puede sonar irónico). Añado que tus historias me han tenido entretenido un buen rato. Un saludo.

Mely dijo...

...en realidad tus navidades se parecen a las de muchos...



...a mi también me gusta la navidad...



...feliz año nuevo y a ver que nos dejan los reyes mañana por la noche...

Manuel Álvarez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Hola Paris.

Gracias por pasarte por mi blog de Fragmentos.

Sabes?... me parece una forma original de hablar de cine, relacíonándolo con tu vida cotidiana. Este post sobre estas "familiares" fiestas navideñas te ha quedado genial. Un saludo.