miércoles, 20 de enero de 2010

Sherlock Holmes

Tengo una noticia dramática, he encontrado trabajo como conserje de noche en un pequeño hotel en tercera línea de playa. No se parece nada al hotel donde trabajaba Dik Bogarde en la película El portero de noche, pero es un hotel.
Resulta que me encontré a XF por la calle. Hacía que no lo veía unos cinco o seis años. XF es mallorquín, aburrido, franquista, inculto y amasó una fortuna en los 1960 construyendo hoteles en los terrenos que heredó de su mujer, que era la que tenía el dinero. Él era el hijo del barbero de su barriada.
De joven se metió de camarero en un hotel y como era agraciado físicamente, conquistó a la hija del dueño, que era un cardo borriquero. Nunca tuvieron hijos, el padre de ella murió a los sesenta años y, siete meses después, murió ella de una embolia. Calló fulminada en el hall del hotel.
XF heredó el hotel y los terrenos colindantes a él donde construyó más hoteles. Si no me equivoco llegó a tener dieciséis o diecisiete hoteles, que con el tiempo ha ido vendiendo, menos el primero, el que entró de camarero y conoció a su mujer.
Ahora tiene setenta y cinco años y se aburre como una ostra. No lee ni periódicos, no ve cine ni teatro, y después de comer ya no se mueve de delante del televisor hasta que se va a dormir. Tiene un jardinero, un cocinero, y una rusa de treinta y pico de años, de muy buen ver, que lo mantiene activo sexualmente.

Me lo encontré en una plaza que hay cerca de mi casa y me invitó a un café, luego a comer, y terminamos en su hotel bebiendo Chivas. Allí me dijo que le había dejado colgado el conserje de noche. Entonces yo le mentí diciéndole que me pasaba las noches escribiendo una novela y que para estar escribiendo en mi casa podía estar escribiendo en la recepción.
Tengo que aclarar que el hotel de XF tiene tan solo cien habitaciones repartidas en un edificio de más de cincuenta años rodeado de un bonito jardín. Permanece todo el año abierto porque el ochenta por ciento de su clientela es gente mayor inglesa y española. Son clientes de toda la vida, como dice él.
XF ha aceptado mi proposición y me pagará mil euros al mes por ser yo, porque al que lo dejó colgado le pagaba ochocientos. Todos los días menos los miércoles de nueve a ocho: once horas. Y como piensa que yo no tengo problemas económicos, no me asegura el muy hijo de puta.
Sólo le he puesto una condición: poder traer a Máxico. Y a él, como le encantan los animales, de hecho tiene dos perros, me ha dicho que sí mientras no haga sus necesidades en el hotel.
Y aquí estoy, escribiendo esta mierda a las cuatro de la madrugada en una recepción de cuatro metros por cuatro en un hall relativamente pequeño, desde donde veo la pequeña piscina débilmente iluminada, la entrada a la cafetería, el principio de las escaleras, los ascensores y la puerta de entrada. Todo a semioscuras, sólo una lámpara de pié ilumina el hall. Los muebles son centenarios, parece que estás en los 1960.
Estoy aquí desde el 7 de enero. Huelga deciros mi estado de ánimo. Si pudiera beber estaría borracho. Me he traído el ordenador pero duermo la mayoría de la noche. Al ser los clientes octogenarios no molestan mucho. Desde que estoy aquí he tenido que llamar dos veces a la ambulancia para que vinieran a buscar a dos de ellos. Pero por lo demás, nada qué hacer. Sobre las once doy una vuelta al perro por el jardín, y a las doce estoy prácticamente solo. Cierro la puerta de la entrada y me pongo a ver la televisión en el hall. Allí me quedó dormido en un mullido y enorme sillón de color verde oscuro con olor a viejo. México duerme en el otro sillón. Sobre las dos apago la televisión y me tumbo en el sofá tapándome con dos mantas y me quedo frito hasta las siete que suena el teléfono.
Cada mañana, a las siete en punto me despierta XF para preguntarme cómo va mi novela. Yo le digo que de puta madre, que no hace ni cinco minutos he apagado el ordenador. Yo no sé si se lo cree, pero se lo digo. Luego enciendo la cafetera y me hago un café con leche descafeinado y me como una magdalena y fumo un cigarrillo hasta que a las siete y media aparecen las mujeres de la limpieza.

Sobre las ocho y media llego a la casa de mi madre para desayunar otra vez con ella. Luego doy una vuelta a México por el parque y termino en mi casa tumbado en el sofá leyendo o escribiendo algún artículo para el periódico.
Las relaciones con mi mujer van muy mal. Está desconocida y ha engordado diez kilos. Cuando la conocía era una mujer preciosa, delgada y divertida. Ahora sólo habla de su trabajo de comercial de mierda y de que la están explotando. Una mierda.
En cuanto a mi hijo, ha estado unos días por aquí porque se peleó con la impresentable de su novia, pero ahora hace tres días que vuelve a dormir con ella. Sigue con un proyecto, que según él, lo sacará de la mierda en que está metido. Ojalá le vaya bien, porque en el fondo es muy buena gente.
Las relaciones con mi hermana siguen igual de tensas: nos saludamos y punto. Ahora, por lo visto, el hijo de puta que tiene que pintar la fachada no la pinta hasta que todo el dinero esté ingresado en el banco.
Mi vida es una mierda y no creo que haya solución. La verdad es que no sé qué va a ser de mí, aunque lo intuyo.

Esta tarde he visto Sherlock Holmes con Jud Lowe y Robert Downey Jr. Me ha entretenido muchísimo y me lo he pasado bien. Soberbia actuación de Jr. Menos mal que aún se puede soñar en el cine.

5 comentarios:

Unknown dijo...

si yo fuera tu me alegraria por lo del curro

Freddy dijo...

Hazte amigo de algún octagenario solitario rico que te herede por lo bien que lo atendiste durante su estancia, jejeje. Broma.

Qué te puedo decir, la vida es una mierda, la mayor de las veces, para un número igual de grande de gente.

Admiro tu honestidad para hablar de todos tus sentimientos y pensamientos.

Freddy

Mely dijo...

...no sé si darte la enhorabuena o el pésame según pintas las cosas...chico que angustioso...

Rubén R R dijo...

Hola, me llamo Rubén. Encontré tu blog por casualidad, buscando casa en Ibiza para el próximo año... y los siguientes ya veremos. La cuestión es que estoy preparando el MIR con la intención de pasar los 4 años que dura la especialización en Ibiza. Me gusta la medicina, la buena mesa, el cine y follar como un conejo (y no precisamente en ese orden).

Acabo de leer un par de post y te voy a agregar. Un saludo.

Paris Quelart Budó dijo...

Yo siempre he sido normal, tirando a malo, follando. En Ibiza se folla mucho pero también se droga la gente. Cuidado a quien te follas, Rubén.
Suerte.